“Cambio Social: Cuerpo y Salud
Hace años, una persona saludable era una persona “rellenita”, con las mejillas sonrojadas y feliz. Hoy en día, sin embargo, sabemos que ser gordo no es bueno y puede traer consigo muchos problemas. De todas formas, muchas personas no se conforman con mantener un peso normal y constante, sino que viven haciendo dietas, ejercicios, etcétera, hasta llegar a situaciones muy peligrosas como la anorexia o la bulimia.
¿Por qué ocurre esto? Esto es lo que voy a intentar analizar a continuación para demostrar que situaciones así ocurren, en gran medida, por culpa de la sociedad, de la forma que veremos más adelante. En cualquier trabajo, especialmente en aquellos en los que se debe interactuar con otras personas, como clientes, por ejemplo, se pide, junto con el currículum para la postulación, adjuntar una fotografía del postulante. De esta forma, se le da preferencia a una persona con mejor apariencia física sobre otra que tal vez no tiene un bello físico, pero muchas veces tiene un mejor currículum o más experiencia. Otro caso que podemos citar es el de la alta costura: grandes diseñadores crean ropa de tallas increíblemente pequeñas que solo pueden usar modelos extremadamente delgados, muy pálidos y que dan la impresión de estar a punto de desmayarse.
Así, se crea un patrón poco o nada saludable que, además, es seguido por muchísimas personas. En el caso del modelaje, adolescentes (muchas veces sin criterio formado) buscan adaptarse a este patrón sin importar las consecuencias físicas o psicológicas que pueda traerles. En el caso de las bailarinas o atletas, muchas de estas llegan al extremo de convertirse en anoréxicas, la mayoría de las veces debido a que sus entrenadores o profesores son demasiado exigentes controlando en exceso la vida de los atletas e incluso humillándolos en público si sobrepasan el peso límite necesario para mantenerse competitivos. En el caso de las mujeres, la situación se agrava aún más. La promoción profesional es mucho más accesible para las delgadas que para las que no lo son.
Como podemos ver, la presión social sobre las mujeres es mucho más acentuada. “Ha podido también verificarse que las mujeres más emprendedoras y social y laboralmente activas son las que prefieren un cuerpo delgado y a las más voluminosas se les atribuye funciones de madre, esposa, etc.” (Anorexia, J. Arteaga).
¿Cuál es el límite? La competitividad en todas las áreas, social, laboral, etc., se hace cada vez más grande, imponiendo límites inalcanzables y, muchas veces, innecesarios que no nos van a hacer mejores profesionales ni mucho menos mejores personas. En cuanto a la salud, esta está siendo cada vez más relegada a un segundo plano, como muchos otros valores importantes de la vida; la competencia y la superficialidad se vuelven cada vez más importantes dentro de la sociedad actual.”